sábado, 13 de junio de 2009

Así que eso era...

A diferencia de los otros mamíferos, los seres humanos nacemos desvalidos. Sin los cuidados de nuestros padres - de los adultos - no sobreviviríamos ni media hora sobre la corteza terrestre. Al parecer, el período de gestación debería durar 21 meses, para estar medianamente protegidos por nuestros propios medios. ¿Por qué, entonces, nos adelantamos tanto para nacer? ¿Cuál es el apuro? Básicamente, porque si nos demoramos más tiempo, creceríamos mucho y, sencillamente, no podríamos salir al exterior por el estrecho canal del parto. Este hecho está vinculado al cerebro - "mi segundo órgano favorito", confiesa Woody Allen - y representa a la vez una tremenda ventaja para su desarrollo.
Doce días después de la fecundación, comienza el desarrollo del cerebro y una vertiginosa división de células, que originan hasta cincuenta mil nuevas neuronas por minuto. Cuando nacemos, ya están presentes todas las que vamos a tener durante nuestra vida. Sin embargo, el cerebro crece hasta cuadruplicarse en los primeros cuatro años de vida, alcanzando hasta el 95% de tamaño su tamaño final. ¿Qué es lo que crece, entonces? Son los axones, los - digamos - cables que conectan a las neuronas entre sí. Esa explosión de complejidad es decisiva para el desarrollo del cerebro y tiene que producirse afuera porque, como dije, dentro no hay espacio. Pero sobre todo, porque la única manera de que el cerebro pueda intensificar sus conexiones es mediante la interacción con un entorno complejo, con sus semejantes. De este modo se explica también la prolongada infancia de los humanos, que necesitamos largo tiempo de amigable convivencia con nuestros padres, para que el cerebro - hay excepciones, naturalmente, llamados bestias pardas, tabas, corchos, y otras lindezas - evolucione a plenitud. Si las tensiones sexuales comenzaran temprano y los jóvenes machos alcanzaran rápidamente la madurez y el tamaño suficiente como para enfrentar a los adultos, la cosa se pondría color de hormiga.
Ahora me explico por qué he pasado hoy una tarde tan bonita: estuve con una sietemesina, pues. Como salió antes a la luz, tuvo más tiempo para desarrollar conexiones, para incrementar su sentido del humor, para ser encantadora.

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